Personalmente se me ha muerto un referente, un icono, un visionario que me hizo, junto a Ralph Hütter, descubrir y amar la música desde 1975 cuando descubrí su mesmerizante álbum "Radio-activity".
Todo lo que soy, musicalmente hablando, y también en rasgos de mi actitud y pensamiento se lo debo a él/ellos (es difícil separarlos) y todo se fue al garete cuando Karl Bartos y Wolfgang Flür se marcharon del cuarteto.
Su música y su visión del futuro quedará impregnada no solo en sus discos sino también en la legión de grupos que utilizan sus sonidos o su idiosincrasia.
Un adiós, amargo, que de seguro llenará las puertas del Cielo con sus sonidos secos, fríos y contundentes y sus melodías minimales. Gracias por ser, para mi, un gran maestro y un referente. Que mi música y este blog no te defraudemos nunca si lo ves desde donde estés...
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