No son pocos los grupos que surgen imitando un sonido Lo Fi, retro y a la vez rodeado de techno pop helado y frío, como un deja-vú, con voces que resuenan por estancias vacías abandonadas.
Y este dúo con base en Amsterdam (ojo la fuerza que está cogiendo esta capital con los grupos eletrónicos) y formados por Pascal Pinkert y el bajista Timothy Francis, nos regala un trabajo de 9 temas que un sonido peculiar, como de antaño, que no deja indiferente por su mezcla de New Wave, Coldwave y synthpop.
Sin ser tan crípticos, me recuerdan a Kirchohmfeld o Solitairen Effekten levemente.
Este álbum de 2019 es su único trabajo de larga duración por ahora, junto a tres Eps publicados por el sello Knekelhuis.
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